Keith Payne: El Juego Hermoso

Poetas contra Músicos II
Texto y poema leídos en Micro Abierto Salamanca
20/09/2010
con motivo del evento
'Partidator II: Triangular Poetas vs Músicos vs Camareros'

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Vinieron de cerca y también desde lejos; desde España, Mallorca y Cataluña. Como sementales de pura sangre, estuvieron en busca del juego hermoso. El hermoso, el hermoso, sí, el juego hermoso. Aptitud. Gracia. inteligencia. Cuerpos bronceados y firmes, empujaron más allá de sus límites físicos en una danza cosmológica de claridad estética y deportividad.
Mientras, del otro lado del río, vinieron de Libreros, de Melendez y de Azucena. Como un rebaño de burros cojos, y procedieron a molestar a los jugadores domingueros, padre e hijo, de la pista. Sus idiomas tan diversos como colores en las camisetas de equipo. Uno de ellos llevó los pantalones de una muchacha MC Hammer. Uno de ellos tiene un número en su camiseta. Otro, vestido con lo que parece el jersey del equipo nacional de Holanda, se ha colocado directamente entre los postes y está asomando la cabeza como una paloma – ha estudiado la teoria del caos, y sabe que un dia, un dia seguro, el balón saldrá por el aire y en ese exacto momento su cabeza concetará con ese balón y marcara un gol hermoso, el gol más espectacular del este lado del rio. Entre los cabezazos, él se cae mucho.
Algunos habían aparecido realmente con la noción de jugar al futbol, de actuar como futbolistas reales, esas estrellas del estadio de Suráfrica que habían animado tan entusiásticamente en el verano. Un patada certera golpea las espinillas con el pie y el codo bien situado en los riñones los arregló. Este día no trataba de futbol. Este día trataba sobre sudar, y caer. De la custodia de la mitad-cordero que usted tenía para el almuerzo de domingo en su estómago, de exudar el aroma sano de un fumador de 2 paquetes al día, y sobre todo de parecer bueno hacia fuera, mientras que se suda y se cae. Cabezazo, cabezazo.
Pero quién, entre esta pandilla de lo más variopinto puede manchar sus camisas y jadear más que el otro? ¿Será el portero anillado del oído de pirata? ¿el tío que mira como él salió de su casa para ir a una carrera de relevos y habiendo perdido, ha decidido quedarse, sudar y caer? ¿O quizás el estudiante de medicina? quién, durante la charla del equipo en el descanso intenta convencer a sus compañeros de equipo de que el ponerse de cuclillas mientras uno se concentra en la bola ayudará a mantener vigor y el espíritu de equipo. El Catalán parece dudoso, y pone un Marlboro en su boca.
Mientras en el campo. MC Hammer se ha quitado la camiseta y esta corriendo alrededor cantando ‘you can’t touch this,’ el sustituto de los poetas está en el suelo, y poniéndose de cuclillas, se concentra en la bola. Los camareros, sospechando juego sucio, sacan sus toallas, y se preparan para limpiar, los músicos canturrear en sus oídos, alguien cae. Cabezazo, cabezazo, cabezazo. ah, el juego hermoso, el juego hermoso.



How do your words fall?

Rose petals on cobblestones?

Rice grains pitched at the bride’s head
as she bores into the crowd?

The notes let fly from a gypsy’s accordion?
No Music No Life
etched on the lid of his suitcase.

Or what about the rebound ball in a game of kerbs,
the overhead lob a la Mick McCarthy?
First sound of the referee’s whistle

and McCarthy pelts the length of the pitch,
sails the ball clear over the player’s heads
hoping to find a lanky Quinn or Cascarino.

More often than not though
it fell to Houghton to stick the boot in.






Keith Payne



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