El primer lunes del 2011 con Micro Abierto empezó con el espacio, por primera vez, libre de humo, y así será de ahora en adelante para gracia y desgracia de todos. Pero lo importante es que una vez más asistimos a un buen espectáculo minúsculo y portátil, que aún siendo pequeño, no es fácil de olvidar.
Sofía Montero abrió el evento con sus pequeños poemas táctiles y sinestésicos. Ya es una habitual de Micro Abierto y todos la queremos mucho. Dijo que mi jersey era de color tierra y eso me gustó.
Andrés Catalán leyó algunos poemas de Alberto Santamaría, entre los cuales "La tristeza fragmentada de un autor de teletienda". Como siempre Andrés nos trae novedades suculentas rescatadas del pasado. Él es un gran poeta y traductor que podéis leer aquí.
Borja Muñoz cada semana escoge fragmento de interés para leer al público. Esta vez escogió algunas notas de Cioran acerca del suicidio, y aunque suene triste, causó bastante impacto positivo entre la gente. Nadie se suicidó porque todas las cosas de este bar que cortan han sido castradas. Lo siento.
Juan Álvarez regresó después de las vacaciones más sosegado y maduro. Ha pasado la navidad en Islandia y ahora tiene un corazón volcánico y habla con vocales imposibles y a veces camina boca abajo. Se dedica a estudiar física cuántica y a comprender las cuerdas de su guitarra, de las que saca canciones fabulosas como las que nos tocó este lunes.
Alfredo Rubbenstein llegó después del descanso para contarnos la historia sexual de los militares que viven sin mujeres en la guerra. A veces habla de naves espaciales y del futuro y otras veces cuenta historias sobre el holocausto vestido de payaso. Es dos personas a la vez y maneja todos los acentos de la Europa Occidental.
Gaizka tocó una versión de Beirut, titulada Nantes. Puesto que se trataba del arranque de la segunda parte del evento, la gente hablaba un poco, pero a medida que avanzaba la canción todo el mundo calló. Nantes es una gran canción. No hemos estado en Nantes, pero queremos a Gaizka, que a veces está sentado en una silla y redacta en su blog traducciones de poetas que le gustan.
Luis Llorente leyó un poema largo y definitivo de Juan Liscano. Al final, alguien dijo "Amén", al fondo de la sala. Este es su blog.
Ane leyó un poema suyo y otro que no era suyo. Es una habitual del Esperpento y una buena poetisa, cuya obra podéis leer aquí. Recuerdo uno de sus versos: Hay un páramo de color blanco... Si alguna vez te encuentras con ella y no entiendes lo que dice, no te preocupes: le encanta hablar y escribir en Euskera, como tiene que ser.
Mercedes Orrego tiene una de las mejores voces que se puedan escuchar en esta ciudad a través de la niebla. Luego su poesía es elegante e intensa. Toda una gozada para el oído.
Primos Terceros pusieron la nota teatral a la noche representando una escena de la película Smoking Room, para celebrar la prohibición de fumar en los bares, el fracaso de todos los amores, y el fracaso total en cualquier otro aspecto. Geniales.
Miguel Miranda llegó por sorpresa con su guitarra y su sombrero de viajante -por los senderos peligrosos de la vida- y sorprendió a todo el mundo con dos excepcionales piezas instrumentales. Luego, al finalizar el evento, dio un concierto para los ocasionales fumadores que salíamos del bar a mirar la luna, aunque no hubiese luna, a menos que hubiese luna, siempre es bonito fumar mientras se escuchan acordes tristes.
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